Ya se fueron los nervios del primer día y poco a poco va surgiendo esa complicidad especial con los compañeros de equipo. Todo es más sencillo cuando el balón empieza a rodar y con él nuestros jugadores sacan lo mejor de sí mismos. Grandes combinaciones en los partidos, destellos de calidad en la tecnificación y una ilusión incansable. Cada año más sueltos y preparados con el Inglés y ni siquiera el calor ha supuesto impedimento para darlo todo en el segundo día de campus. La piscina ha sido un merecido premio después del esfuerzo y allí hemos terminado el día divirtiéndonos. ¡¡¡
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